Meg Conkey, Ph.D. Class of 1960 Professor of Anthropology Director, Archaeological Research Facility University of California, Berkeley Berkeley, California El caso de lo políticamente correcto ¿Hacer investigación de género sólo produce arqueología políticamente correcta? Antes que nada, no creo que sepamos aún lo que en realidad significa "políticamente correcto." Para alguna gente puede significar que todos los oprimidos están recibiendo lo que merecen, y esto, por supuesto, incluye a las mujeres. Bien, las mujeres no son las únicas que tienen género. El género es una relación construida. Lo que puedes llamar género, es decir tu noción de quién eres a partir de la intersección de tu sexo biológico y la construcción social y el desenvolvimiento de quien eres, está determinado en la relación con otras personas, otros hombres, otras mujeres, otras formas de género. Por lo tanto, el género no es algo con lo que naces, siempre es una negociación. En el pasado hemos mostrado que todo ha sido determinado por el hombre--las mujeres no fueron visibles en los archivos arqueológicos, no fueron visibles en las historias que contamos, no fueron visibles en nuestras interpretaciones. Y si nosotros reemplazamos repentinamente esto y decimos, "Oh, no, no, no. No fueron los hombres los que lo hicieron, fueron las mujeres. Ellas fueron las que realmente sostuvieron y cohesionaron el tejido social y todo lo demás," eso no es lo que sucede en la arqueología de género. No es un problema de que uno hable de forma totalizadora, que desmenuce una visión del pasado y la invierta y la reemplace con otra. Lo que la arqueología de género viene argumentando es que la arqueología no es buena si sólo trata de presentar un punto de vista homogéneo y esencial, porque la vida es más compleja que eso, la historia es más compleja que eso, el género es más complejo que eso, y la arqueología es más compleja que eso. Es cómico entrar a la discusión de si "la investigación de género es sólo algo políticamente correcto." La arqueología nos ofrece la posibilidad de reconstruir, redefinir, renegociar todo lo que se refiere al presente. Nos ofrece una forma de desafiar al presente. Por tanto, sí, nosotros ponemos más interés al género. Sí, algo de eso viene de nuestra propia cultura. Pero todo lo que hemos hecho siempre en arqueología tiene que venir de donde estamos situados históricamente--de los temas que son importantes para nosotros. Somos parte de la cultura. No podemos abstraernos de eso. Por eso digo, vamos a aprender de lo que la investigación contemporánea tienen que decir acerca del género desde hace diez, veinte, treinta años y vamos a usarlo en la arqueología. ¿Es nuevo el género? Hay numerosas formas de estudiar el género en el pasado. Mientras que los arqueólogos pueden decir que es un nuevo tipo de estudio arqueológico, realmente, siempre han tenido algo que decir acerca de lo que los hombres y mujeres hicieron en el pasado. El problema es de ser más explícito sobre lo que estamos haciendo. Estamos en una época en la cual somos capaces de imaginar el género, mientras que antes realmente no podíamos hablar de esto. Como resultado, ya que no hablamos mucho de esto, tendimos a proyectar culturalmente las nociones limitadas que teníamos de quienes eran el hombre y la mujer que estaban detrás de los registros arqueológicos, como si fueran simplemente incuestionables. De lo que nos hemos dado cuenta a través del compromiso explícito con el género como tema, es que podemos ser mejores arqueólogos. Puede darse el caso de que la gente en el pasado haya tenido sistemas de género comparables con los que vivimos ahora. Pero de nuevo, nuestros sistemas están cambiando tan rápido, justo frente a nuestros ojos, que es difícil decir que hay algún modelo de género en el mundo que podemos automática e incuestionablemente aplicar. Por lo tanto, en general el estudio del género no es nuevo en la arqueología. Lo es, sin embargo, como un concepto explícito que necesitamos problematizar más que asumir y que puede ser algo que no tengamos que preguntar en cada conjunto de datos arqueológicos. No somos un grupo de frenéticos seguidores del género moviéndonos por todos lados, convirtiendo cada herramienta de piedra en un instrumento con género. Muchos de los sitios arqueológicos de la clase de los que han sido preservados en Mesoamérica, o cualquier otra parte, son lugares dentro de los cuales algo como el género pudo haber estado trabajando. Si estás excavando hogares donde tienes personas de diferentes edades, sexos y tipos de roles sociales y categorías, interactuando, las diferencias de género estaban probablemente trabajando o jugando. Lo que los hombres y las mujeres hicieron, lo que los niños hicieron, lo que la gente mayor hizo, lo que otros géneros hicieron--y esto es algo que tenemos que ubicar y tratar--son una gran parte de las cosas que están escarbando la mayoría de los arqueólogos. La investigación de género es realmente importante en muchas formas. En primer lugar, siempre hemos hecho investigación que dice, directa o indirectamente, algo acerca de los hombres y las mujeres, y ahora lo estamos haciendo mejor, más refinadamente y con preguntas más explícitas. Simplemente, esto es hacer mejor arqueología--más informada, más seria, más cuidadosa. En segundo lugar, la arqueología ha tenido la tendencia a tratar y hablar de grandes procesos, por ejemplo, la intensificación de la agricultura, como si cosas como esas pasaran por sí mismas. Pasaron debido al trabajo de las personas y a las relaciones sociales de producción. El enfoque de género ha hecho a la arqueología mucho más conciente de la idea de que estos no son sólo grandes macroprocesos aplastándonos en alguna trayectoria predeterminada de la cultura humana, sino que ellos eran gente real, con esperanzas y sueños reales, frustraciones, ansiedades, relaciones y todas las otras cosas que complican nuestras propias vidas. Artefactos de género Pero ¿cómo vas a estar estudiando esto si no puedes ver a los hombres y las mujeres? La forma en que mucha gente se siente más cómoda es tratando de ligar identidades específicas, como hombre y mujer, con artefactos específicos--"Este tipo de artefacto es claramente un tipo de artefacto masculino." El problema con esto es que muchas de nuestras ideas de lo que constituye un artefacto masculino o uno femenino vienen de nuestras nociones de lo que es adecuado que hagan hombres y mujeres. Por ejemplo, si encuentras una espada cualquiera, ves tu propio entorno y dices, "Claro ¿quién carga espadas? Los hombres. Por lo tanto debe ser un arma masculina." Bien, tal vez no siempre es el caso. Tal vez cierta clase de armas fueron más simbólicas de ciertas categorías sociales en cuales la mujer jugó un gran papel. Debemos tener mucho cuidado con las suposiciones que hagamos acerca de lo que hace a un artefacto ser masculino o femenino, incluso en esta simple noción del artefacto conector--que nosotros llamamos "atribución de género." La manera en la cual el género tiende a surgir es frecuentemente en el uso del espacio. Cuando excavamos, tenemos que ver cómo cierto tipo de espacios eran usados, eran estructurados, y qué extensión de ellos puede tener indicios de restos que los liguen fuertemente a las labores femeninas o masculinas. La pista que sigue la investigación de género señala que donde tienes entierros humanos, puedes identificar cuáles individuos eran hombres y cuáles mujeres, y que solían ser tratados en ciertas formas y con ciertos artefactos. Puedes empezar a entender parte del simbolismo de qué es lo masculino y lo femenino en cierta sociedad. Uno de los problemas de todo esto es que una vez que alguien muere, no tiene nada más que decir acerca de cómo es tratado y tal vez no esté diciendo mucho de lo que la persona fue en vida. Pero probablemente te diga muchísimo respecto a lo que la gente que continúa viviendo piensa acerca del mundo y lo que creen que es apropiado para una persona de ese estatus. También es sabido que la gente tiende a--no necesariamente a mentir, pero en cierta forma--fingir la realidad social a través de cosas como el tratamiento funerario. Por lo tanto tienes que tener mucho cuidado. No podemos hacer una lectura directa, "Por supuesto, ya que esta es la forma en que alguien es tratado cuando muere, esta es también la forma en que vivió." La otra pista para identificar a los hombres y mujeres--algo en lo que Mesoamérica ha sido desproporcionadamente rica--son las expresiones artísticas. Las representaciones visuales--sean en la forma de estatuas, murales o en la pintura que decora los jarrones--son los lugares donde podemos empezar a encontrar diferencias muy interesantes en la ropa, la postura, en quién fue puesto con quién en una imagen. En contextos con esta riqueza, como lo son muchos en Mesoamérica, realmente puedes empezar a hacer algunas inferencias a propósito de cómo pudo haber sido la existencia de cierto tipo de mujeres en cierto tipo de contexto. Es raro en la arqueología que alguna vez consigas una pieza que confirme la evidencia. Todo el tiempo estamos usando fragmentos de evidencia y poniéndolos todos juntos. Las mejores historias son dichas en la arqueología con líneas de evidencia que convergen haciendo más y más segura una interpretación en particular.